¿Qué quieres que haga por ti?

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Actualizado 7 abr
 

En semana santa todos los cristianos conmemoramos la muerte y resurrección de nuestro Señor Jesús. El día de hoy es un día especial, porque a nivel mundial, todos tenemos la oportunidad de recordar lo que Jesus hizo por nosotros en la cruz del calvario y el significado de esto en nuestra vida, hoy.

Lo que Él hizo es muy valioso, es como si le debieras al banco un millón de dólares y El fuera y los pagara por ti. ¿Sabes? en la época de antes, cuando la gente no tenía con qué pagar, tomaban a sus hijos y se los llevaban para que fueran esclavos de sus acreedores. Dios es nuestro Padre y el envió a la tierra a Jesús a pagar la deuda, porque sus hijos estaban en esclavitud. La transacción que Jesus hizo en la cruz fue millonaria, porque pagó el precio por TODOS nosotros, muchos millones de dólares, si calculas bien.

Probablemente esto ya lo conocías, pero lo que probablemente no has conocido es la manera de redimir tu bono. La sola transacción en la cruz es el depósito por nuestro pecado, pero hay una parte que solo podemos hacer nosotros para completar la transacción y poder recibir los beneficios de esta herencia, de forma personal, de una forma tangible que se vea reflejada en tu familia, tu salud, tu trabajo, y todo los que haces; es hasta que declaramos con nuestra boca que recibimos esta herencia, y con la voluntad propia del corazón, que la podemos redimir.

Recuerda que el mayor regalo que Dios nos dio, fue tener libre albedrío (Mt 5:25), eso hace parte de su carácter, por eso El no es un Rey tirano, es un papá que quiere lo mejor para sus hijos, pero les deja escoger (Lc 15:11-32), nos dio la tierra para disfrutarla y también cuidarla, esto fue un regalo también, y quiere que la vivamos en libertad (Gen 1:28-31). Por esto, cuando envió a su hijo, no decidió por ti. El dejó la deuda pagada en la cruz para luego dejarte saber que ya está paga y decirte: escoge hijo mío.

"»El cielo y la tierra son testigos de que hoy les he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición. Yo les aconsejo, a ustedes y a sus descendientes, que elijan la vida" Deut 30:19 TLA

Siempre me pregunté por qué Jesús le preguntaba a las personas, ¿qué quieres que haga por ti?. Es decir, si se te acerca un paralítico, un ciego, ¿creo que es una pregunta obvia no? me refiero a que, todo el mundo en la multitud sabía que querían esas personas, ser sanadas o sanar a sus familiares, pero igual Jesús les preguntaba lo que Él ya sabía que ellos necesitaban ¿Por qué?

Fue hasta hace poco que comprendí que no todos quieren ser sanados, en realidad las personas a veces escogen vivir en medio del mal y no aceptan lo que les trae bendición y libertad a sus vidas. No sirve de nada decirles cual es la verdadera solución a sus problemas y enfermedades, espirituales y físicas, en realidad hay gente que escoge la maldición (Lc 19:41-44). Y entender esto ha traído sanidad y paz a mi vida; en mi carrera evangelística he salido de mi iglesia a muchos lugares, con la ilusión de ayudar a muchos, tal y cómo Jesús lo hizo conmigo, pero en el proceso he entendido que nuestra misión no puede ir más allá de hablar la verdad con amor, y sacudirnos el polvo para poder seguir hablando a otros tantos que necesitan conocer esta verdad de su salvación; manteniendo los pies y el corazón sanos (Mt 10:14 -25).

Imagina que el día de hoy, Jesús pasara con sus discípulos al frente de tu casa y tú tienes la oportunidad de acercarte, Él te mira fijamente y te pregunta ¿Qué quieres que haga por ti?.... ¿tú qué le responderías?

Pablo, el discípulo enviado a los no Judíos, es decir, gente como tu y yo, nos enseño que hay una manera práctica de redimir el bono millonario dejado por Jesús en la cruz del calvario:  

"Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo. Así dice la Escritura: «Todo el que confíe en él no será defraudado». No hay diferencia entre judíos y los que no son judíos, pues el mismo Señor es Señor de todos y bendice abundantemente a cuantos lo invocan, porque «todo el que invoque el nombre del Señor será salvo»". Romanos 10:8b-13

No sigamos caminando en el desierto, perpetuando herencias de maldición de padres a hijos, cuando tenemos una tierra prometida por estrenar, al otro lado de la cruz (Hebreos 4).

Mi oración es que redimas tu bono de salvación, sanidad, bendición y vida eterna en este día “Viernes Santo”. Solo tú puedes hacer de éste, un día verdaderamente santo - es decir, separado, consagrado - para Dios.

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