¿Por qué orar por Israel?

Debido al actual conflicto en la Franja de Gaza, las redes están llenas de llamados a orar por el pueblo judío, incluyendo las mías. Pero la gente se debe preguntar, ¿Por qué debo intervenir? ¿Por qué yo debo orar por ellos? ¿Esto que tiene que ver conmigo?.

Existen varias razones bíblicas:

"Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan; ¡por medio de ti serán bendecidas todas las familias de la tierra!»" Genesis 12:3.
  1. El pueblo judío es la descendencia natural de Abraham, Dios prometio bendecir a los que lo bendigan y maldecir a los que lo maldigan (Génesis 12:3a). Países como Argentina y Venezuela viven tremendas situaciones de crisis económica debido a que se opusieron abiertamente a Israel. Por el contrario, Estados Unidos, quien lo apoya militar y espiritualmente, es un país grandemente bendecido.
  2. Dios prometio bendecir a todas las familias de la tierra a través de ellos (Génesis 12:3b). Si eres creyente en Cristo, seas católico o protestante, tu eres descendiente espiritual de Abraham, y por tanto el pueblo judío es como tu "hermano mayor" (Lucas 15:31-32). 
  3. A Dios le importa. Como discípulos de Cristo, debemos anhelar y orar por su salvación.

"Hermanos, el deseo de mi corazón y mi oración a Dios por los israelitas es que lleguen a ser salvos." Romanos 10:1

Ahora bien, nuestra lucha no es contra ningún grupo humano (Efesios 6:12), el verdadero enemigo de los judíos es Amán, que significa odio o ira, este es un enemigo espiritual que solo se combate con ayuno y oración (Ester 5-8). 

Mientras el pueblo judío combate con armas, nosotros debemos combatir con oración y ayuno. Independientemente de quien sea tu líder o gobernante, Dios promete bendecir a quienes los bendigan, y la bendición de Dios es irrevocable.

"Ahora pregunto: ¿Acaso tropezaron para no volver a levantarse? ¡De ninguna manera! Más bien, gracias a su desobediencia ha venido la salvación a los no judíos, para que Israel sienta celos. Pero si su desobediencia ha enriquecido al mundo, es decir, si su fracaso ha enriquecido a los no judíos, ¡cuánto mayor será la riqueza que su plena restauración producirá!
 
Me dirijo ahora a ustedes, los no judíos. Como apóstol que soy de ustedes, le hago honor a mi ministerio, pues quisiera ver si de algún modo despierto los celos de mi propio pueblo, para así salvar a algunos de ellos. Pues, si el haberlos rechazado dio como resultado la reconciliación entre Dios y el mundo, ¿no será su restitución como volver de la muerte a la vida? Si se consagra la parte de la masa que se ofrece como primicias, también se consagra toda la masa; si la raíz es santa, también lo son las ramas.
 
Ahora bien, es verdad que algunas de las ramas han sido desgajadas y que tú, siendo de olivo silvestre, has sido injertado entre las otras ramas. Ahora participas de la savia nutritiva de la raíz del olivo. Sin embargo, no te vayas a creer mejor que las ramas originales. Y si te jactas de ello, ten en cuenta que no eres tú quien nutre a la raíz, sino que es la raíz la que te nutre a ti. Tal vez dirás: «Desgajaron unas ramas para que yo fuera injertado». De acuerdo. Pero ellas fueron desgajadas por su falta de fe y tú por la fe te mantienes firme. Así que no seas arrogante, sino temeroso; porque, si Dios no tuvo miramientos con las ramas originales, tampoco los tendrá contigo.
 
Por tanto, considera la bondad y la severidad de Dios: severidad hacia los que cayeron y bondad hacia ti. Pero si no te mantienes en su bondad, tú también serás desgajado. Y si ellos dejan de ser incrédulos, serán injertados, porque Dios tiene poder para injertarlos de nuevo. Después de todo, si tú fuiste cortado de un olivo silvestre, al que por naturaleza pertenecías, y contra tu condición natural fuiste injertado en un olivo cultivado, ¡con cuánta mayor facilidad las ramas naturales de ese olivo serán injertadas de nuevo en él!
 
Todo Israel será salvo
Hermanos, quiero que entiendan este misterio para que no se vuelvan presuntuosos. Parte de Israel se ha endurecido y así permanecerá hasta que haya entrado la totalidad de los no judíos. De esta manera, todo Israel será salvo tal como está escrito:
 
«El Redentor vendrá de Sión
y apartará de Jacob la impiedad.
Y este es mi pacto con ellos
cuando quite sus pecados».
 
Con respecto al evangelio, los israelitas son enemigos de Dios para bien de ustedes; pero si tomamos en cuenta la elección, son amados de Dios por causa de los patriarcas, porque los regalos de Dios son irrevocables, como lo es también su llamamiento. De hecho, en otro tiempo ustedes fueron desobedientes a Dios; pero ahora, por la desobediencia de los israelitas, han sido objeto de su misericordia. Así mismo, estos que han desobedecido recibirán misericordia ahora, como resultado de la misericordia de Dios hacia ustedes. En fin, Dios ha sujetado a todos a la desobediencia, con el fin de tener misericordia de todos.
 
¡Qué profundo es el conocimiento,
la riqueza y la sabiduría de Dios!
¡Qué indescifrables sus juicios
e impenetrables sus caminos!
«¿Quién ha conocido la mente del Señor
o quién ha sido su consejero?».
«¿Quién primero dio algo a Dios,
para que luego Dios le pague?».
Porque todas las cosas proceden de él,
y existen por él y para él.
¡A él sea la gloria por siempre!
Amén."
Romanos 11:11-36 (Énfasis añadido)

 

Oración por Israel (Ester 8, Romanos 10)

“Señor y Dios, nosotros los cristianos, a través del sacrificio de Cristo, somos un mismo pueblo junto con los judíos, partícipes de una misma herencia la cual fue prometida tanto para gentiles como para judíos. Si a través de la sangre de nuestro Señor Jesucristo nos hemos ganado tu gracia y favor; y si piensas que es correcto hacerlo, por favor da una contraorden que invalide los decretos para aniquilar a los judíos que están en todas las provincias del mundo, los cuales fraguó Amán. Porque ¿cómo podríamos ver la calamidad que se cierne sobre tu pueblo? ¿Cómo podríamos ver impasibles el exterminio de tu gente? Que tu pueblo salga de esta situación vistiendo ropas reales de color azul y blanco, una gran corona de oro y un manto de hilo de lino fino color púrpura. Que la ciudad de Jerusalén estalle en gritos de alegría. Que para los judíos, este se convierta en un tiempo de luz y de alegría, júbilo y honor. Que en cada provincia y ciudad haya alegría y regocijo entre los judíos, con banquetes y festejos. Y que muchas personas de todos los pueblos se hagan una sola nación a través de ellos.”

En el nombre de nuestro Señor Jesús te hemos orado,

Amén. 

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