Si te sientes cansando, agotado, has trabajado mucho en alguna área de tu vida, pero no ves los resultados … este mensaje es para ti.
Un día Pedro estaba con sus socios trabajando duro toda la noche, para terminar sin conseguir pescar absolutamente nada. Pero ese día, Jesús llego y tomo prestada una de sus barcas para predicarle a la multitud:
“Cuando acabó de hablar, le dijo a Simón: —Lleva la barca hacia aguas más profundas, y echen allí las redes para pescar.” Lucas 5:4 NVI
Y entonces Pedro le respondió:
“—Maestro, hemos estado trabajando duro toda la noche y no hemos pescado nada —le contestó Simón—. Pero, como tú me lo mandas, echaré las redes. Así lo hicieron, y recogieron una cantidad tan grande de peces que las redes se les rompían. Entonces llamaron por señas a sus compañeros de la otra barca para que los ayudaran. Ellos se acercaron y llenaron tanto las dos barcas que comenzaron a hundirse. Al ver esto, Simón Pedro cayó de rodillas delante de Jesús y le dijo: —¡Apártate de mí, Señor; soy un pecador! Lucas 5:5-8 NVI
Esta fue la misma reacción que tuvo Gedeón, cuando el ángel del Señor (Jesús en el antiguo testamento) lo escogió para salvar a su pueblo y lo confirmó con un milagro. Y es que Pedro y sus socios venían de la tradición Mosaica, donde solo se les permitiría a los sacerdotes purificados acercarse a Dios.
“Cuando Gedeón se dio cuenta de que se trataba del ángel del Señor, exclamó: —¡Ay de mí, Señor y Dios! ¡He visto al ángel del Señor cara a cara! Pero el Señor le dijo: —¡Quédate tranquilo! No temas. No vas a morir.” Jueces 6:22-23 NVI
En ambas historias, tanto Gedeón como Pedro, no se sentían dignos, pero Jesús los escogió a ambos para libertar a su pueblo. Y esto no dependía de sus capacidades o de su perfección; en la historia de Gedeón Dios incluso se aseguró de que los que acompañaron a Gedeón fueran unos pocos para demostrar que se trataba de Su poder y de Su gracia.
Pedro esto lo conoció muy bien, de hecho tiempo después negó a Cristo tres veces, y aunque pudo descalificarse, como lo hizo Judas Iscariote, decidió seguir adelante…
“—Me voy a pescar —dijo Simón Pedro. —Nos vamos contigo —contestaron ellos. Salieron, pues, de allí y se embarcaron, pero esa noche no pescaron nada. Al despuntar el alba Jesús se hizo presente en la orilla, pero los discípulos no se dieron cuenta de que era él. —Muchachos, ¿no tienen algo de comer? —les preguntó Jesús. —No —respondieron ellos. —Tiren la red a la derecha de la barca, y pescarán algo. Así lo hicieron, y era tal la cantidad de pescados que ya no podían sacar la red.” Juan 21:3-6 NVI
Luego de esto Jesús restauró a Pedro, y por cada vez que lo negó, Jesús lo reafirmó.
El resultado de nuestro trabajo no depende de nuestra perfección, ni de nuestra aptitud, depende del favor y la gracia De Dios sobre nuestra vida, depende de Su aptitud, de Su favor y Su gracia, la cual nunca nos será quitada (Lucas 10:41-42).
A veces pensamos que Dios no ve nuestro esfuerzo, y llegamos al punto del agotamiento por no ver los frutos de nuestro trabajo. Pero Jesús si los ve, y El esta presto para ayudarnos, solo se requiere que escuchemos su palabra y obedezcamos, aún cansados o agobiados, estar dispuestos a intentarlo UNA VEZ MÁS …
“ —No temas; desde ahora serás pescador de hombres —le dijo Jesús a Simón. Así que llevaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, siguieron a Jesús.” Lucas 5:10b-11 NVI