Últimamente estoy súper fan de la serie "Suits" de Netflix, que trata de una firma de abogados. Y gracias a esto, ya que no soy abogada, pude entender mejor mi fe.
En la serie, los personajes tienen que defender su cliente ante un juez y un jurado en el tribunal, esto si antes no logran llegar a una acuerdo o "settlement" entre las partes. Lo atractivo del personaje principal es que le llevan casos súper difíciles y siempre los gana.
Lo mismo sucede en el reino De Dios. Cuando un enfermo, por ejemplo, llegaba a Jesús buscando un milagro de sanidad; el se encargaba de que recibiera su milagro.
“Ahora bien, la fe es tener confianza en lo que esperamos, es tener certeza de lo que no vemos.” Hebreos 11:1 NVI
La fe es la moneda del reino De Dios. Si bien es cierto que no es correcto tener fe en la fe, sino tener fe en Dios; también es cierto que para Jesús es un factor muy importante en la vida del creyente, pues sin fe es imposible agradar a Dios (Heb.11:6) y por alguna razón Jesús le aclaraba a las personas después de hacer milagros, que era su fe la que lo había logrado. Igualmente cuando estuvo en un lugar donde no pudo hacer muchos milagros, fue por la poca fe que ellos tenían (Mt.6:6) y el espera que cuando regrese, pueda encontrar todavía fe en la tierra (Lc.18:8). Entonces la fe es el componente determinante del fruto en la vida de un cristiano, y cuando damos fruto, Dios se glorifica (Jn.15:8).
¿Pero qué es la fe? Hebreos 11 lo define muy bien porque lo hace en términos legales. Dice que es tener confianza y certeza. La palabra confianza en el original es "hypostasis" y certeza "elegchos".
Hypostasis = propiamente, poseer una posición garantizada bajo un acuerdo ("título de propiedad"); (figuradamente) el "título" de una promesa o propiedad, una reivindicación legítima de algo que (literalmente) "tiene fundamento jurídico" - lo que da a uno el derecho a la garantía bajo determinado acuerdo.
Elegchos = significa evidencia, prueba
Veamos el ejemplo de la mujer que tenía flujo de sangre:
La ley de Moisés decía:
“»Cuando una mujer tenga flujo continuo de sangre fuera de su período menstrual, o cuando se le prolongue el flujo, quedará impura todo el tiempo que le dure, como durante su período.” Levítico 15:25 NVI
Y en la época de Jesús...
“Había entre la gente una mujer que hacía doce años padecía de hemorragias, sin que nadie pudiera sanarla. Había gastado todo lo que tenía en médicos. Ella se le acercó por detrás, tocó el borde de su manto y al instante cesó su hemorragia. —¿Quién me ha tocado? —preguntó Jesús. Como todos negaban haberlo tocado, Pedro le dijo: —Maestro, son multitudes las que te aprietan y te oprimen. —No, alguien me ha tocado —respondió Jesús—; yo sé que de mí ha salido poder. La mujer, al ver que no podía pasar inadvertida, se acercó temblando y se arrojó a sus pies. En presencia de toda la gente, contó por qué lo había tocado y cómo había sido sanada al instante. —¡Hija, tu fe te ha sanado! —dijo Jesús—. Vete en paz. Lucas 8:43-48 NVI
Es tan importante para Jesús la fe, que busco insistentemente quien le había tocado para conocerla. ¿Crees que en la multitud no había otras personas que necesitaban milagros? Claro que sí, y aún así, solo está mujer lo recibió de inmediato. Otra versión explica que estaba ella pensando:
“Cuando oyó hablar de Jesús, se acercó a él por detrás entre la gente y tocó su manto. Pensaba: «Si logro tocar siquiera su manto, quedaré sana».” Marcos 5:27-28 NVI
En otras palabras, ella sabía, estaba absolutamente segura de su inocencia. Tenía grabada en su mente y corazón su título de propiedad diciendo "derecho a mi sanidad" y una evidencia admisible de su inocencia. Y aunque la ley decía que ella no era digna, llegó ante Jesús, el único abogado que la podía representar y ganar su caso, y por ello recibo de inmediato poder de lo alto y fue sanada.
Si hoy necesitas un milagro en tu vida, has hecho lo posible en tus fuerzas y no has logrado nada, pero tienes en tus manos la evidencia de tu inocencia y el título de propiedad que dice lo que te pertenece. Ve ante el abogado que nunca ha perdido un caso, el hablara por ti ante el trono De Dios para hacerte justicia, y El té dará el poder para recibir tu milagro; por encima de cualquier gobierno y autoridad de esta tierra.
“porque el reino de Dios es ...JUSTICIA, paz y alegría en el Espíritu Santo.” Romanos 14:17b NVI (énfasis añadido)