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Uvas Tiernas

Escrito por Katty Camargo | 23-jun-2023 15:21:44

Actualizado: 5 jun 20233 

 

“El amor es para tontos” escuché decir a alguien. La verdad es que el verdadero amor se trata de dar y no de recibir, y no hay nada de tonto en eso, en realidad al amar mostramos el verdadero carácter del Padre.

'Queridos hermanos, amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios, y todo el que ama ha nacido de él y lo conoce. El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. Así manifestó Dios su amor entre nosotros: en que envió a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados. Queridos hermanos, ya que Dios nos ha amado así, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros. ' 1 Juan 4:7-11 (énfasis añadido)

Si buscamos demostraciones de amor a través de la palabra de Dios, vemos desde el principio que Dios le dio a Eva como regalo a Adán, para que no estuviera solo. Y eso fue un acto de amor. Ella estaba destinada a ser una extensión del amor de Dios por Adán. Quizás por eso, las mujeres solemos tender a la caridad y a las obras de compasión. Somos dadoras de amor. Amor a nuestros cónyuges, a nuestros hijos, a nuestro prójimo.

La verdad es que cuando el amor verdadero es dado por Dios, solo queremos dar. Entregarnos por el bien de nuestra pareja y de los demás, dar nuestra propia vida para que ellos sean más felices y conquisten todo lo que Dios ha puesto en sus vidas para gobernar por Su Reino. Eso solo puede venir del Dios de la creación (el amor suele confundirse con un deseo egoísta de tener algo o a alguien, pero eso difícilmente durará)

Escucha, el propósito de Eva en el Edén era llenar de alegría la vida de Adán y ser su ayuda idónea, para que él pudiese regocijarse mientras hacía su trabajo para Dios en la Tierra (Gn 2.18). Estaba tan llena del amor de Dios, que todo lo que necesitaba era dar, ser regalo. Y eso sigue siendo cierto en estos días, si es el amor verdadero lo que te une a tu pareja, eres el vaso escogido de Dios para derramar Su amor por él.
 

No hay nada de tonto en amarse y entregarse por el bien de los demás, en que demostramos que estamos libres de un espíritu huérfano y confiamos en saber que tenemos mucho para dar, y no tenemos miedo de hacerlo porque sabemos quién nos apoya en todas nuestras obras de dar.

Solo hay una cosa que el amor verdadero exige, como lo muestran las escrituras en la relación de Dios con su pueblo: la falta de esto hizo que Dios se pusiera muy celoso y enojado al punto de permitir la represión de su amado Israel, varias veces: es la FIDELIDAD.

Lo único que exige el verdadero amor es el compromiso de ser fiel, para crecer y dar frutos sin contratiempos.

'Atrapen a las zorras, a esas zorras pequeñas que arruinan nuestros viñedos, nuestros viñedos en flor. ' Cantares 2:15

Amigo mío, no hay nada de tonto en amar con el verdadero amor de Dios. Si Dios mora en ti, entonces ama y da como Él lo hace... 

“Lo que realmente sucedió es esto: traté de mantener las reglas y trabajar duro para agradar a Dios, y no funcionó. Así que dejé de ser un “hombre ley” para poder ser un hombre de Dios. La vida de Cristo me mostró cómo hacerlo y me capacitó para hacerlo. Me identifiqué completamente con él. De hecho, he sido crucificado con Cristo. Mi ego ya no es central. Ya no es importante que me vea justo ante ti o que tenga tu buena opinión, y ya no estoy impulsado a impresionar a Dios. Cristo vive en mí. La vida que me ves vivir no es “mía”, sino que es vivida por la fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí. No voy a volver sobre eso. ¿No te queda claro que volver a esa antigua religión de guardar reglas y complacer a los compañeros sería un abandono de todo lo personal y gratuito en mi relación con Dios? Me niego a hacer eso, a repudiar la gracia de Dios. Si una relación viva con Dios pudiera venir por el cumplimiento de las reglas, entonces Cristo murió innecesariamente”. Gálatas 2:19-21 MSG (traducido al español, énfasis añadido)